En una entrada anterior comentaba que unos de los errores del Banco Central Europeo que ha
favorecido la existencia de la crisis actual fue el mantener un tipo de interés
bajo favoreciendo a el crecimiento de la economía alemana mientras que los
datos de inflación de la periferia europea aconsejaban un tipo de interés más
alto que enfriase la economía y que sirviese para frenar la burbuja
inmobiliaria. La influencia de esta crisis alemana no se reduce únicamente a
estos términos, sino que han sido las recetas que aplicó Alemania para salir de
ella son las que se nos han impuesto desde la Troika para solucionar la crisis
y como veremos, las mismas medidas tomadas en lugares y momentos diferentes no
obtienen el mismo efecto.
Estamos
hablando del principio de los años 2000 en donde como vemos en este gráfico que el crecimiento del PIB alemán cae desde el año 2000 hasta el 2004. Mientras en
estos años el crecimiento de la economía alemana rondaba el 0% otros países de
la eurozona gozaban de buena salud, siendo uno de los mejores ejemplos el
crecimiento de España alrededor del 3% durante el mismo periodo. La explicación
de este contexto es clave para ver los efectos de las medidas tomadas por
Alemania por entonces y que están exportando a las economías con problemas en
la crisis actual.
Alemania
apostó por una política de austeridad, que sobra explicar en qué consiste. Esta
política obtuvo unos éxitos notables en algunos campos y también genera
problemas (los minijobs y otras sombras de la economía alemana que ya han
trascendido) pero a nivel general se puede calificar las medidas positivamente.
Sin embargo el intento de que estas medidas tengan el mismo efecto a día de hoy
es una quimera. Alemania desarrolló su plan de reformas en un momento de
bonanza de los demás estados europeos, que son sus principales socios
comerciales, que permitió a Alemania salir vía exportaciones y favorecida como
hemos visto por la existencia de abundante liquidez de dinero tanto por el BCE
como por la situación (mucho de ese dinero es el que ahora reclaman los bancos
alemanes de sus inversiones en Grecia o España). Sin embargo a día de hoy la
situación es distinta, países como España tienen más difícil salir de la
situación puesto que la crisis es a nivel mundial y afecta a nuestros socios
comerciales. Poco importa que seamos los mejores fabricando coches y que los
exportemos, si en los países donde se venden estos coches no existen demanda
para comprarlos, esto sí que existía en los años de crisis alemana, el consumo
en el exterior era muy alto y había un mercado para sus exportaciones.
Como hemos
visto el contexto es claramente distinto en sólo 10 años de diferencia y las
medidas que sirvieron entonces se muestran ineficaces ahora. Además esto se ve
empeorado por la sensación de que precisamente Alemania es la que ahora podría
tomar medidas expansivas, ya que era la que partía de una mejor situación de
deuda, pero se resiste a tomarlas. Al menos de momento, parece que esta
situación tendrá que cambiar ya que se están dando cuenta a las duras ya que
como regalo de San Valentín Eurostat publica que el retroceso de la economía alemana en el último trimestre del 2012 es del 0,6% ya que como muchos apuntábamos
hace tiempo, Alemania debe tomar medidas expansivas que favorezcan la
recuperación de la Eurozona y así se vería ella beneficiada, porque es
imposible que Alemania mantenga unas tasas de crecimiento positivas y
constantes en un contexto de depresión europea.
Esperemos que
estos toques de atención sirvan para relajar las medidas de austeridad
impuestas y entremos en otro periodo más expansivo que sirva para entrar en la
senda de la recuperación. Otro dato para ser un poco optimistas con el cambio
es que en este año, concretamente el 22 de septiembre hay elecciones en
Alemania y este puede ser un momento clave para el futuro de Alemania y de
Europa, quizá estaría bien que votásemos todos, aunque viendo lo que votamos a
veces…
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