lunes, 11 de febrero de 2013

Bienvenido Mr. Draghi

Mañana martes 12 de febrero comparece Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo en el Congreso de los Diputados.  Esta comparecencia se enmarca en medio de la crisis de la deuda europea y más concretamente de la deuda española. El presidente del BCE viene a explicar sus medidas de los últimos meses y la actuación del BCE para solucionar el problema y asegurar la viabilidad del euro. Aunque es un buen gesto su comparecencia ya que es voluntaria (solicitada por el grupo socialista pero no está obligado), el hecho de que se vaya a hacer sin actas, taquígrafos y grabaciones en el lugar en el que reside la soberanía popular, pone en duda su utilidad y legitimidad. Esta es una entrada que tiene como objetivo poner en antecedentes la comparecencia de Draghi, analizando posteriormente en otras, lo que trascienda de ella, aunque para rebajar expectativas Draghi ha afirmado que viene a escuchar.
Empecemos con un poco de historia. Mario Draghi es un economista italiano cuya carrera comprende entre otras, ser gobernador del Banco de Italia en el periodo 2006-2009, también en la ejecutiva del Banco Mundial y pertenecer a Goldman Sachs, el cuarto banco de inversión del mundo. Desde el 1 de noviembre de 2011 es presidente del Banco Central Europeo, la máxima autoridad encargada de la política monetaria de los 17 estados miembros de la Eurozona. El objetivo principal del BCE es mantener la estabilidad de precios en la zona euro, es decir, mantener la inflación en niveles bajos (se eligió alrededor del 2%). El principal instrumento utilizado para el control de la inflación es la fijación del tipo de interés. El objetivo de la estabilidad de precios lo comparte con otros bancos centrales, pero además, algunos como la Reserva Federal de EE.UU. tienen entre sus objetivos principales mantener un crecimiento estable de la economía. El que los tratados europeos no hayan incluido este objetivo en el BCE es una de las posibles explicaciones de lo que, a mi entender, han sido una serie de medidas erróneas por parte del BCE.
Draghi llegó al puesto en 2011 sucediendo a Jean-Claude Trichet. Se esperaba con optimismo el cambio de presidente debido al inmovilismo al que se acusaba a su predecesor, que tardó en actuar contra la crisis y rebajar los tipos. Los errores de Trichet fueron tanto de lentitud como diagnóstico de la crisis, ya que erró estrepitosamente al subir los tipos de interés en julio de 2008 y abril de 2011. Aquí tenemos una muestra de la influencia de no incluir el objetivo del crecimiento económico en el BCE, ya que estas subidas se dieron por miedos a tensiones inflacionistas, cuando en realidad para fomentar la actividad económica y disminuir los efectos de la crisis, se aconsejaban medidas en sentido contrario. El otro error grave del BCE viene aún de más atrás. Este consistió en que durante el periodo de bonanza general, el BCE mantuvo un tipo de interés bajo, a niveles que fomentaba el crecimiento de economías como Francia y Alemania (más en el caso de ésta que sufrió una crisis, aunque ahora parezcan la perfección) pero descuidaba a las economías del sur, cuyos índices de inflación indicaban la necesidad de subir el tipo de interés y haber detenido así la consiguiente burbuja inmobiliaria. Este error se debe principalmente a las relaciones de poder de la UE, en dónde, el peso de Alemania es muy fuerte y puede desequilibrar la balanza a la hora de tomar decisiones.
Pues bien, la llegada de Draghi fue lo que se esperaba y se tradujo en una intervención más decidida para atajar la crisis. El tipo de interés bajó del 1,5% cuando llegó al 0,75% de la actualidad. Además de esto, se ha tenido que enfrentar en 2012 a todas las dudas generadas sobre el euro y su posible desaparición en 2012. Ya entrados en 2013 esta situación parece aliviada tras asegurar Draghi que haría todo lo necesario para asegurar la viabilidad del euro, afirmando que intervendría en los mercados para relajar las tensiones sobre la deuda de países amenazados como pueden ser Italia y España. Esta determinación ha relajado a los mercados, al menos de momento, y ha alejado la posibilidad de la desaparición del euro.
A pesar de todo esto, existen también cosas a cambiar o mejorar. Expertos afirman que la bajada de tipos de interés puede ser mayor, por ejemplo, el tipo de interés fijado por la Reserva Federal americana es de 0,25% y el el del Banco de Inglaterra es 0,50%. Además no se ha conseguido el objetivo de reactivar el crédito y es aquí en las medidas con los bancos dónde creo que Draghi ha cometido sus mayores errores. Estando de acuerdo también en la bajada de tipos mayor, en el haber principal de su mandato está no conseguir que el dinero que se ha inyectado a las entidades financieras haya recaído en los consumidores finales y en las empresas, activando así el crédito y la actividad económica. Es más, gran parte de las inyecciones de liquidez del BCE han sido utilizados por los bancos para depositarse en el propio BCE o comprar deuda pública de los estados, realizando así un "negocio redondo" como explicaba en esta anterior entrada de mi blog. En esta línea el BCE debiera tomar una medida en dos sentidos que obligara a las entidades financieras a hacer llegar esa liquidez a la economía productiva y a su vez asegurar la financiación de los estados. Esta segunda parte es la más complicada de llevar a cabo ya que tiene la fuerte oposición de la ortodoxia económica y Alemania, que debido a acontecimientos de su historia como la hiperinflación de los años 20, no quiere ni oír hablar de una financiación a través de los bancos centrales, si no que los estados deben de acudir a los mercados a endeudarse.
Pues bien, en este contexto es en el que se presenta la comparecencia de mañana de Mario Draghi, una comparecencia en la que echo de menos una mayor transparencia y el que pudiera ser retransmitida,  además sospecho que a posteriori echaremos de menos la asunción de medidas concretas para mejorar la situación como las que se han apuntado aquí.

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