En este tiempo
de cientos de modos de comunicación, instantáneos muchos de ellos, la preocupación
porque Whatsapp anuncie que sus cuentas pasarán a ser de pago ha generado
bastante revuelo. Seguro que todos conocéis y tenéis esta app así que es inútil
explicarlo, vamos al tema del dinero que es lo que aquí interesa.
Este caso me
recuerda a varias lecturas hechas sobre la construcción del ferrocarril y de
las líneas telefónicas del teléfono fijo tradicional ¿por qué? Pues porque en
estos casos como en el de Whatsapp, la creación de una red es clave.
A diferencia
del tren o el cable telefónico que tardaron mucho tiempo e inversión en
construir su red, el caso de la aplicación podemos decir que fue casi instantáneo,
en muy poco tiempo todo el mundo disponía de ella en su móvil y pocos eran los
contactos que no poseían este nuevo invento de comunicación. Ahora cuando
Whatsapp alcanza un número inmenso de usuarios quiere empezar a cobrar por su
uso, es decir, se hizo casi indispensable para todo el mundo siendo gratuita y
ahora quieren cobrar un precio por ella (algunos temen que ese sea un paso que también
tome Google en algún momento). Cabe señalar que el precio que el precio es más
que asumible para la cantidad de mensajes que te ahorras y también existen
otras aplicaciones “sustitutivas” como pueden ser Line, Viber… que continúan
siendo gratuitas, pero yo voy más allá y la economía nos enseña cómo mantener
el mismo Whatsapp y gratuito.
Aquí es dónde
radica la importancia de que exista una red. El usuario está dispuesto a pagar
por una app con la que se puede comunicar con sus contactos, pero seguro que no
va a pagar si sólo el 10% de los contactos. Volviendo al ejemplo del cable
telefónico, era bastante absurdo tener teléfono fijo cuando no había nadie a
quien llamar, por tanto su uso no se generalizó hasta que consiguió una red lo
suficientemente amplia para atraer a los usuarios. Así que si cuando nos
quieren cobrar el Whatsapp no aceptamos, es más que probable que con el paso
del tiempo nos vuelvan a activar la cuenta, puesto que si varios contactos
desaparecemos de la aplicación, nadie querrá pagarla porque no tendrá interés
en ella, y así sucesivamente, así que os animo a todos a que cuando os venzan
vuestras subscripciones, no paguéis nada y cuando Whatsapp se dé cuenta de que se
queda sin su red de contactos (su activo más valioso) pensará en otras formas
de ganar dinero (venta de emoticonos, publicidad, etc) pero tendrá que dejar el
servicio básico gratuito.
Este es un
caso dónde el poder del consumidor (de un consumidor informado) es muy grande
frente al producto, pero no es el único, y si cuando compramos nuestra cesta de
la compra fuésemos consumidores más “racionales” tendríamos mucho más poder
para evitar abusos por parte de marcas y demás.
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