Hace unas semanas aparecía en la
prensa la noticia de una conductora belga que recorrió 1.450 km por error de su GPS, desde Bélgica hasta Croacia. La noticia no deja de ser sorprendente y
preocupante que no tuviera la capacidad de dar la vuelta en algún punto antes
de alcanzar Croacia y volver camino a casa. Pues esta noticia bastante absurda
tiene mucho que ver con la situación económica actual. Parece que se sigue un
GPS que nos está dando las indicaciones erróneas y que no conseguimos encontrar
el camino al destino. Hemos llegado ya a un punto donde hay que dar la vuelta.
No es de recibo que el mismo día los ciudadanos de este país tengan que leer
que la troika sugiere al gobierno que tiene que seguir con la política de recortes y austeridad, mientras que leemos también que en España hay cuatro nuevos mil millonarios respecto de año pasado, elevando la cifra a 20 (una lista de 20 enl a que no aparece Emilio Botín, para ejemplificar el nivel de estas fortunas).
Es
aquí donde encontramos los paralelismos con un GPS equivocado. Nos han impuesto
una política a todas luces fracasada, que ha causado un deterioro enorme en el
bienestar social, que tiene su perfecto reflejo en la cifra de 6 millones de
parados de la EPA. Y en vez de dar la vuelta,
seguimos profundizando en el error, el error que hace que el 1% de la
población más rica acumule más riqueza mientras los ciudadanos de a pie
sufrimos las más duras consecuencias de esos recortes.
Además
de esta sensación de injusticia, las medidas propuestas son erróneas puesto que
sus objetivos no se alcanzan. Profundizar en las políticas de austeridad
provocará un aumento de la inestabilidad social. Una subida del IVA provocaría
otra reducción del consumo que paralizaría más la actividad, provocando una
menor demanda y un aumento del paro, provocando que más personas tengan
dificultades para tener su vivienda o alcanzar un mínimo nivel de consumo para
vivir.
Entonces
la pregunta, siendo creencia general que la política de austeridad ha fracaso ¿por
qué la siguen promoviendo? ¿son completamente idiotas? Por lo menos estas eran
las preguntas que hacía mi madre en alto a la televisión. La respuesta se puede
hacer modificando el refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”, en
este caso es más “dime quién te paga y …” el tema se reduce a que por las
relaciones de poder establecidas en la UE están primando los intereses de unos
acreedores bancarios alemanes que quieren asegurarse el pago de sus préstamos
sin importarle el estado en el que queden después los países de la periferia
europea, una visión errónea y cortoplacista que obvia las ventajas que tendría
el salir de forma gradual y tener unos
países periféricos fuertes para seguir consumiendo los productos alemanes. Esta
es la situación y aunque se demuestra que se está tomando el camino inadecuado,
parece que el único punto para dar la vuelta son las elecciones alemanas de
septiembre de este año, en ese caso las elecciones se transforman en lo más
parecido a una rotonda.
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