Algo que va
camino de convertirse en la gran mentira jamás contada. Como paso previo antes
de ponerme a argumentar, un par de apreciaciones: soy partidario de la idea de
la Unión Europea, no estoy de acuerdo con algunos de sus preceptos, pero
concuerdo con la idea general (una idea más cercana de lo que pienso de Europa
está en este libro de Argimiro Rojo Salgado, del que tuve el placer de ser
alumno, (1996) El modelo federalista de integración europea: la Europa de los Estados y de las Regiones. Dykinson. Madrid. 160 páginas). Además de la
división territorial, Europa tiene que ser social o no será, es decir, tenemos
que volver a la Europa que hablaba de los fondos de cohesión o desarrollo
regional (aunque haya que corregir errores) y no de la Europa del “austericidio”.
Bien, porque
digo que va camino de convertirse en una gran mentira, en el mayor fracaso del
siglo XXI, pues partamos de la noticia que tenemos hoy: La economía de la zona euro entra en la recesión más larga de su historia. Nos han vendido durante los
últimos meses a los países de la llamada periferia europea que si ajustamos
nuestra economía interior con recortes, mejorando la competitividad, saldremos
de la crisis vía comercio exterior, pero… estamos dentro de un mercado común,
en el que se ha primado el comercio entre los socios europeos antes que con el
resto del mundo, por tanto dentro de la Unión Europea un país tiene como
principales compradores de sus productos otros países de la Unión, si estos
están cayendo en un recesión y reduciendo también su consumo ¿cómo nos van a
comprar más?
En las bases
de la Unión está la generación de un comercio entre los países miembros por
encima de con el resto del mundo, existiendo barreras arancelarias y a la
entrada de productos de fuera de la Unión que podrían ser más baratos, que
producidos en la Unión, pero como un país europeo ya vende ese producto, pues
se le compra a él primero. Este precepto va en contra de lo que los economistas
estudiamos en Comercio Internacional, dónde se concluye a través de la Teoría de la Ventaja Comparativa desarrollada por el economista David Ricardo, que con
el mercado libre y la especialización en el producto que comparativamente un
país es más productivo, el bienestar de los dos países mejora. Sin embargo, la
idea de Europa superó esto y se dio prioridad a la creación del mercado
interior europeo. Pues bien, eso funcionó en años de bonanza, pero si ahora,
los países que más dificultades tienen no pueden vender sus productos a los
demás países europeos, porque están premiando políticas de ajuste frente a las
de crecimiento, Europa estará abocada al fracaso.
Los países que
están comprando ahora en el mercado mundial son EE.UU., China y los países latinoamericanos,
zonas con las que el comercio europeo es bajo debido a la preminencia del
comercio intraeuropeo como hemos visto. Pues bien, redirigir el comercio
exterior hacía estas zonas terminaría con la unión, ya que países anteriormente
socios, tendrían que competir para ser los vendedores de estas zonas. Por ello
Europa tiene que volver a sus orígenes y volver a primar el desarrollo común,
frente al de un solo estado miembro, no vale el “a mí me vale los demás que se
apañen” pues así terminaríamos con los progresos de los últimos tiempos para
volver a una situación más parecida al escenario de los años 30 del siglo XX, y
todos sabemos cómo terminó eso.
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