miércoles, 15 de mayo de 2013

La Unión Europea


Algo que va camino de convertirse en la gran mentira jamás contada. Como paso previo antes de ponerme a argumentar, un par de apreciaciones: soy partidario de la idea de la Unión Europea, no estoy de acuerdo con algunos de sus preceptos, pero concuerdo con la idea general (una idea más cercana de lo que pienso de Europa está en este libro de Argimiro Rojo Salgado, del que tuve el placer de ser alumno, (1996) El modelo federalista de integración europea: la Europa de los Estados y de las Regiones. Dykinson. Madrid. 160 páginas). Además de la división territorial, Europa tiene que ser social o no será, es decir, tenemos que volver a la Europa que hablaba de los fondos de cohesión o desarrollo regional (aunque haya que corregir errores) y no de la Europa del “austericidio”.

Bien, porque digo que va camino de convertirse en una gran mentira, en el mayor fracaso del siglo XXI, pues partamos de la noticia que tenemos hoy: La economía de la zona euro entra en la recesión más larga de su historia. Nos han vendido durante los últimos meses a los países de la llamada periferia europea que si ajustamos nuestra economía interior con recortes, mejorando la competitividad, saldremos de la crisis vía comercio exterior, pero… estamos dentro de un mercado común, en el que se ha primado el comercio entre los socios europeos antes que con el resto del mundo, por tanto dentro de la Unión Europea un país tiene como principales compradores de sus productos otros países de la Unión, si estos están cayendo en un recesión y reduciendo también su consumo ¿cómo nos van a comprar más?

En las bases de la Unión está la generación de un comercio entre los países miembros por encima de con el resto del mundo, existiendo barreras arancelarias y a la entrada de productos de fuera de la Unión que podrían ser más baratos, que producidos en la Unión, pero como un país europeo ya vende ese producto, pues se le compra a él primero. Este precepto va en contra de lo que los economistas estudiamos en Comercio Internacional, dónde se concluye a través de la Teoría de la Ventaja Comparativa desarrollada por el economista David Ricardo, que con el mercado libre y la especialización en el producto que comparativamente un país es más productivo, el bienestar de los dos países mejora. Sin embargo, la idea de Europa superó esto y se dio prioridad a la creación del mercado interior europeo. Pues bien, eso funcionó en años de bonanza, pero si ahora, los países que más dificultades tienen no pueden vender sus productos a los demás países europeos, porque están premiando políticas de ajuste frente a las de crecimiento, Europa estará abocada al fracaso.

Los países que están comprando ahora en el mercado mundial son EE.UU., China y los países latinoamericanos, zonas con las que el comercio europeo es bajo debido a la preminencia del comercio intraeuropeo como hemos visto. Pues bien, redirigir el comercio exterior hacía estas zonas terminaría con la unión, ya que países anteriormente socios, tendrían que competir para ser los vendedores de estas zonas. Por ello Europa tiene que volver a sus orígenes y volver a primar el desarrollo común, frente al de un solo estado miembro, no vale el “a mí me vale los demás que se apañen” pues así terminaríamos con los progresos de los últimos tiempos para volver a una situación más parecida al escenario de los años 30 del siglo XX, y todos sabemos cómo terminó eso.