viernes, 25 de enero de 2013

Empleo, sexo y rendimientos decrecientes


Pues curiosamente hace 6 meses que no escribo. No por falta de ganas, si no más bien por el desánimo que me da como economista comentar la actualidad político-económica. Es difícil dar una buena noticia y por desgracia hoy no va a ser el caso. Aún así prometo volver con asiduidad.

            Lo que me ha llevado a escribir ha sido escuchar la comparecencia de hoy de la ministra Fátima Báñez, en la que venía a explicar como un logro el “freno en el ritmo de la destrucción de empleo”, una pantomima a mi modo de ver.

            Independientemente (o no) yo he acabado pensando en un concepto económico típico: los rendimientos decrecientes a escala. A ver si me explico. Este principio consiste en que a medida que aumenta un factor de producción (como trabajo o capital) manteniendo los demás constantes, el aumento de la producción será cada vez menor, incluso llegará un momento que puede que no aumente. Pensemos en una cadena de montaje con un trabajador, al introducir otro la producción aumenta, introducimos un tercer trabajador y la producción aumenta pero menos y así seguimos aumentando trabajadores, hasta por ejemplo 30, y la incorporación de cada uno provoca un aumento de producción cada vez menor. Al introducir al trabajador 31 éste no tiene hueco en la cadena de producción por tanto no se produce un aumento de la producción total, incluso aumentando el número podría suceder que se estorbaran y el producto total disminuyera. Bien ahora siguiendo el ejercicio de otro economista sugiero que penséis en una actividad como el sexo e intentéis aplicar el concepto anterior. ¿Interesante, verdad?

            Bien pues dudo mucho que la ministra Báñez, para mí una de las peores de este gobierno, conozca este concepto. Aunque no fuera directamente aplicable, cualquier persona racional entiende que la destrucción de empleo se ralentiza debido a que el nivel de desempleo está ya en el 26%, es obvio que será más fácil pasar del 10 al 15% que del 25 al 30%. Por así decirlo, se está llegando a tocar fondo, por tanto el hundimiento es ya más lento. Por ello, quiero decirle que en vez de engañarnos o darse palmaditas en la espalda por un supuesto dato no tan malo, decirle que haga honor a su cargo y se ponga a trabajar, puesto que el problema de este estado no es la deuda, o ¿acaso no seriamos capaces de pagar mejor la deuda con un 20% de desempleo menos? ¿Cuánto se recaudaría por cotizaciones sociales e impuestos con un nivel de desempleo del 6%? ¿Cuánto nos ahorraríamos en prestaciones sociales? El problema de la deuda no es el fondo, el fondo es que tenemos mucha de la producción potencial malgastada y parada, por eso es necesario un cambio de actitud, que parece que tendrá que partir de Europa, pero aún así en España tenemos que dar un golpe en la mesa, puesto que el desempleo es nuestro mayor problema, y no lo es para otros países del entorno.

            El ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, afirmó esta semana en el congreso que le hubiera gustado que aflorase con la amnistía fiscal unos 4 puntos de PIB para recaudar impuestos. Bien señor Montoro, esos 4 puntos si no más, los tiene en la bolsa de desempleados que asciende al 26%. Esto no quita obviamente que no se persiga a los que no cumplen sus obligaciones fiscales. Creen empleo y cuanto antes mejor para todos nosotros.

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