lunes, 18 de junio de 2012

¿Y si Grecia no tenía la culpa?


Entre unas cosas y otras escribo poquísimo pero dentro de poco os contaré las cosas que me mantienen ocupado, siempre relacionado con la economía.

Empezamos. Nuestros bancos han sido rescatados, en Grecia (que parecía tener la culpa de todo) han ganado a los que se le apoyaba desde Bruselas y la Eurocopa ya ha empezado. Pero aún así la prima de riesgo sigue marcando máximos. ¿Por qué?

Pues en mi opinión es que seguimos enfocando el problema de forma errónea. Para empezar aunque seguro que todo lo sabéis, la prima de riesgo es el diferencial existente ente el bono alemán a diez años y el español. Viene siendo lo que pagamos de más por endeudarnos en España respecto de Alemania. Pues bien analizando las diferencias y sus causas podremos llegar a conclusiones muy diferentes de las que nos comentan los medios.

La diferencia a más que paga España no nace de que tengamos una deuda inasumible. Deuda que por otra parte los del tijeretazo se han encargado de aumentar con el rescate bancario. La deuda de España se sitúa alrededor del 70% del PIB que aún siendo alta , no es un valor extraordinario dentro de los países de la Unión Europea. En mi opinión, el diferencial es causado principalmente por las dudas que se generan sobre el crecimiento de la economía española, no tanto su nivel de deuda actual, si no su incapacidad para crear crecimiento económico y ahí es donde estamos cometiendo errores. Con los recortes en educación, inversión en I+D y subida de impuestos, estamos reduciendo nuestras posibilidades de crecimiento, sin aportar ninguna medida que promueva el crecimiento económico. Pues bien, a la hora de prestarnos dinero a largo plazo no es que no lo hagan por nuestra deuda actual, hay países con deudas mayores y que pueden pedir prestado a un interés muy reducido, si no que lo que hace subir el tipo de interés es la duda de que al vencimiento del préstamo la economía no haya salido de esta situación debido a que se ha hipotecado el crecimiento futuro.

Está claro que Europa y España tienen que dar un giro en sus políticas puesto que la receta de la austeridad está resultando fallida. Esto no quiere decir dar rienda suelta al despilfarro que se dio hace algún tiempo. Pero sí que hay que poner el foco en el crecimiento. Medidas como el bajar los tipos de interés por parte del BCE y flexibilizar los objetivos de reducción del déficit son medidas a tomar por parte de Europa. A nivel estatal tienen que fomentarse programas de desarrollo (tal vez fomentados con fondos Europeos como antes eran el FEDER) y todo lo contrario a lo que se pretende si se sube el IVA (cosa que parece segura), puesto que se debería reducir la carga impositiva o por lo menos no aumentarla. Una apuesta decidida por el desarrollo y el I+D facilitando la investigación y la creación de empresas innovadoras y que generen empleo de calidad. No puede ser que en España sea tan complicado montar una empresa, ahogándola en trámites burocráticos. Tambien tenemos que asegurar que el crédito fluya hacia empresas que si pueden ser productivas y solventes. En definitiva, la lista de medidas es grande, pero está claro que es importantísimo fijar un cambio de rumbo.

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